Me
desperté alarmada. Había tenido una pesadilla. Miré el
despertador. Eran solo las 3:40 de la mañana. Miré a mi derecha.
Marcos dormía plácidamente. Me levanté y me dirigí a la cocina.
Abrí la nevera. ¡Qué raro que este hombre adulto no tenga leche en
su casa!¿Sería alérgico? Me preparé un té. Encendí mi móvil.
Nada. Me bebí el té y me dirigí a la habitación. Me volví a
acostar. Mañana iba a ser un día muy largo.
{…}
Sonó
el despertador. Eran las 8:15 minutos. Demasiado temprano para mi. Me
levanté sin ganas y me dirigí a la cocina. Marcos me había
preparado un par de huevos y beicon. Y un té. Me senté en la silla
y Marcos en la suya. Estábamos frente a frente.
-Erin,
ahora tengo que irme a trabajar, cuando llegue del trabajo nos
pondremos manos a la obra
-¿Qué?
¿Marcos que hago yo ahora?
-Ponte
una película o algo
Me
puse seria.
-Marcos,
como no encontremos a mi madre te juro que...
-Erin,
es imposible encontrar a tu madre en una tarde por todo Estados
Unidos
-Pero
mi madre esta por algún sitio, y yo, yo necesito verla, hablarle,
abrazarla...
-¿De
verdad te gustaría ver a tu madre?¿Se te ha olvidado que te
abandonó como un perro callejero?
*Oh,
Dios Mío, tenía muchísima razón. ¿En realidad quería ver a mi
madre?¿En realidad querría saber ese secreto? Aún así, no
comprendo porqué me dejó. ¿Porqué lo hizo?*
Por
mi cabeza bullían millones de preguntas sin respuesta.
-Marcos,
no sé porqué me dejó. Por eso quiero verla
-¿Y
si tu madre no te quiere ver?
-¡Qué
negativo estás hoy! Ayer tenías ilusión por querer ayudarme y hoy
no haces nada mas que darme la contraria ¿Qué te pasa, Marcos?
-Nada,
estoy genial, como siempre. Solo que te recuerdo la realidad de tu
vida
-Si,
si, no he pedido tu opinión. ¡Vete ya que vas a llegar tarde!
Marcos
cogió su chaqueta y me dio un beso en la mejilla
-¿Desde
cuando me das besos?
-Desde
ahora
-Tonto
-Gracias
-¡Llegas
tarde!
-Adiós
-Venga,
adiós
(…)