Vistas de página en total

viernes, 21 de marzo de 2014

Capítulo 2


Me desperté alarmada. Había tenido una pesadilla. Miré el despertador. Eran solo las 3:40 de la mañana. Miré a mi derecha. Marcos dormía plácidamente. Me levanté y me dirigí a la cocina. Abrí la nevera. ¡Qué raro que este hombre adulto no tenga leche en su casa!¿Sería alérgico? Me preparé un té. Encendí mi móvil. Nada. Me bebí el té y me dirigí a la habitación. Me volví a acostar. Mañana iba a ser un día muy largo.

{…}

Sonó el despertador. Eran las 8:15 minutos. Demasiado temprano para mi. Me levanté sin ganas y me dirigí a la cocina. Marcos me había preparado un par de huevos y beicon. Y un té. Me senté en la silla y Marcos en la suya. Estábamos frente a frente.
-Erin, ahora tengo que irme a trabajar, cuando llegue del trabajo nos pondremos manos a la obra
-¿Qué? ¿Marcos que hago yo ahora?
-Ponte una película o algo
Me puse seria.
-Marcos, como no encontremos a mi madre te juro que...
-Erin, es imposible encontrar a tu madre en una tarde por todo Estados Unidos
-Pero mi madre esta por algún sitio, y yo, yo necesito verla, hablarle, abrazarla...
-¿De verdad te gustaría ver a tu madre?¿Se te ha olvidado que te abandonó como un perro callejero?
*Oh, Dios Mío, tenía muchísima razón. ¿En realidad quería ver a mi madre?¿En realidad querría saber ese secreto? Aún así, no comprendo porqué me dejó. ¿Porqué lo hizo?*
Por mi cabeza bullían millones de preguntas sin respuesta.
-Marcos, no sé porqué me dejó. Por eso quiero verla
-¿Y si tu madre no te quiere ver?
-¡Qué negativo estás hoy! Ayer tenías ilusión por querer ayudarme y hoy no haces nada mas que darme la contraria ¿Qué te pasa, Marcos?
-Nada, estoy genial, como siempre. Solo que te recuerdo la realidad de tu vida
-Si, si, no he pedido tu opinión. ¡Vete ya que vas a llegar tarde!
Marcos cogió su chaqueta y me dio un beso en la mejilla
-¿Desde cuando me das besos?
-Desde ahora
-Tonto
-Gracias
-¡Llegas tarde!
-Adiós
-Venga, adiós

(…)

lunes, 17 de marzo de 2014

Capítulo 1


Como un lector más, pensarás que mi vida es como una cualquiera. Pues se equivoca bastante. Mi vida no eran de esas en las que una persona se caracterizaba por ser el mejor o el peor. Mi vida no estuvo llena de cariño maternal, pues mi madre había desaparecido cuando solo tenía 3 años. Mi padre tampoco quería saber nada de mi. Al poco tiempo, me enteré de que mi madre se había ido a Estado Unidos a formar una nueva familia con su novio. Esa noticia me resultó bastante melancólica. Me hubiera gustado que mi madre me criara. No comprendía porque me dejaron, supongo que simplemente porque no me querían o incluso mi madre no había previsto ese embarazo y por eso mi padre le había dejado. Nací una mañana de verano de 1995. Al poco tiempo, mi madre perdió todo el interés conmigo y un miércoles de lluvias torrenciales me abandonó. No sabía hacia donde ir, que hacer en ese callejón oscuro y húmedo. Pero por suerte, una linda mujer de ojos verdes y pelo castaño me recogió de ese infierno y me llevó a su casa, en la que me estuvo criando unos 13 años. Si, querido lector, como usted ha contado bien tengo 19 años. Y pensará “¿Por qué no olvida el pasado y piensa en el futuro?” Si usted tiene tantas ganas de saberlo es porque hace unos 3 meses me enteré de que mi supuesta madre me había estado escondiendo un gran secreto y para poder descubrirlo debía viajar al país natal de mi madre, encontrarme con ella e intentar sacarle información. MI viaje no iba a ser nada fácil, pero las ganas de descubrir ese gran secreto que me comen por dentro no dejan de bullir pensamientos sobre mi cabeza, haciendo que me vuelva loca. Y esa misma mañana, sobre las 6:30 horas me despedí de mi queridísima madrastra y me dirigí hacia el aeropuerto. Cuando llegué allí, metí las maletas en donde se registran y sonó mi vuelo. Cogí mi pasaporte y me dirigí hacia el avión. Una vez allí, cogí mis auriculares y me puse a escuchar un poco de música tranquila. Un hombre de unos 40 años, me preguntó algo. Me quité un auricular.
-Perdona, ¿puedo sentarme?-dijo señalando mi bolso
De repente, me di cuenta
-Ups, lo siento señor. Discúlpeme
-No pasa nada. Me encanta tener compañía en los vuelos. Soy Greg
-Encantado Greg, mi nombre es Erin
-Bonito nombre
-Gracias
-Bueno, hacia que lugar de Estado Unidos se dirige
-Prácticamente no lo sé, voy a buscar a mi madre
-Pequeño fallo señorita, que piensa hacer una vez que llegue hacia su rumbo
-Iré hacia la casa de un primo de mi amiga y ya nos la apañaremos
-Ah, eso es otra cosa
*Sonreí*
La gran parte de la trayectoria estuvimos sin hablar, ya que me puse mis auriculares y el estaba ocupado con su Tablet organizando cosas de su oficina.

{…}

Llegué hacia el aeropuerto de Estados Unidos, donde me esperaba Marcos. Le abracé y nos montamos en un taxi. Marcos había cambiado mucho. La última vez que lo vi tenía 18 años. Ahora es un adulto maduro. Marcos me pilló mirándole y me sonrojé. Era muy atractivo este hombre, la verdad. Un hombre moreno con ojos azules. Llegamos a su piso y dejé mis maletas en la habitación. Bueno, en nuestra habitación, porque no había más. La verdad, es que no me gustaba nada dormir con un hombre. Nunca había dormido con un hombre y menos con Marcos.


Introducción


Pasado, presente y futuro
Dedicado a Carlota García, por inspirarme en esta gran historia y por ser como eres.

Erin no es una chica cualquiera, no tuvo una buena vida. Su madre biológica la abandonó con unos 3 años. Erin, con unos 19 años, descubre que su madre le ha estado escondiendo un gran secreto y viaja a su país natal para averiguarlo. ¿Quieres acompañarnos en esta magnífica historia, señor lector?